Con el epitafio cabalgando en las nalgas del destino. Rufián que arribas en la riba de la sensación ampulosa.
De guapa subida en Luna lunera de gesto consensuado en Septiembre de otoño caliente. Y con el gesto satisfecho de oxitocinas el mundo por montera. Y en un Plácido momento de café con leche acompañado de un bombón mojó sus penas.
El se deshizo de su cigarro a las puertas del local. Gabardina su espectro de brutal satisfacción. Con la inquina perdida en cualquier barrio de navaja sucinta y mujeres fatales colgadas de la teta de cualquier luna de arrumbado color. Llego para compartir un trago con la mujer de la pena enquistada y la sonrisa tierna. Dulce nimbar de melocotón y arrojado sexo.
Engalanados en un encuentro de insospechadas consecuencias. Los traumas fenecían en la actitud de sus poses. Viejas muestras del sabor clásico de los cincuenta. Puro sabor de rock and roll al encuentro de dos personajes. Propaganda de mitos, secuela de hábiles sensaciones en las nítidas muecas de sus impresiones. Encalados los rostros en la sonrisa de los ganadores. Se levantaron. La jukebox con aparente fortuna les expansionó de orgullo.
Henchidos de dicha, se abrazaron y comenzaron a bailar al son de la música.
Stand by me era un buen presagio que transcribir en sus corazones. Unos meses después sonaron campañas de boda.
Javi Jerry Lee®septiembre 2012
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