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El cuento de la Taberna Resistencia

Artículo publicado en el periódico La Opinión de Trujillo el 28/01/2013. -¡No sé ya muy bien donde vivo! Mas bien,malvivo ya sin dinero en mis arcas hambrientas. ¡Qué será de mí ahora! ¡Qué destino mi sorpresa! La explosión de sus palabras tronó entre las paredes enhiestas del despacho. Le hacían un pequeño ser en pos del progreso. ¡Qué falacia real la vivida en verdad! El crédito era un despropósito que arruinaría tales propósitos cotidianos, en aras de una corbata enquistada en cuello de traje provista de siglas varias, de pelaje distinto e igual perfume. Con risa de naufrago y nervio de flan, marchó al encuentro de un copazo en el bar de su amigo. Taberna de crisis agonizando en gaznate de derrota, donde los sueños se albergaban, ahora que eran impelidos por las castas económicas que dominaban la vida impuesta de los hombres sencillos. Allí, se unían los derrotados por un nuevo feudalismo y recogían de las cenizas de la conciencia de los mártires y de los ancianos vividores, las consignas cíclicas desde los tiempos medievos. Aunque, ellos, en pleno dos mil trece preferían decir que recogían la esencia de los proscritos del 29 en mítico siglo veinte. Allá donde la criba de humanidad en boca del poder y del sumidero de los felices veinte; donde los tragos a escondidas sabían mejor que la desilusión de las vidas; donde vivir era un regalo y comer, un privilegio. Grieta frágil que se ensancha en el cuerpo de ciudadano honrado. Ora en boca de parado, ora en boca de despido. Rebaja indigna de propiedad propia, del amor propio del sudor de su frente. Dicha comercialización de hombres despojados, arrostra los espíritus pasados, dejados al destino de las élites, que venera en altares de parques en bolsa de macro económicos dígitos neoliberales el invisible capital. Sin coto y enmienda al poder de los sin conciencia. Refritos en el orgullo del dogma económico de los impuestos que realizan un atraco sincronizado a los bolsillos rotos de un vulgo despojado de imaginario y palabras para luchar noblemente, silencian conciencias a golpe de estafa legal con preferencia de participación accionarial. El populacho ya no tiene las ansias del espejismo inducido porque su única esperanza es la supervivencia de su tranquilidad. Mientras, los programas de embustes arrojados a la basura y triturados en los despachos para que nadie recuerde promesas incumplidas, palabras llevadas por el temporal de una bacanal de entusiasmo y perdidas en ríos revueltos. Expuestas al anzuelo sagaz de ávidos pescadores que sacarán el provecho debido por los favores entregados y los pactos estrechados. Así, en la taberna de la resistencia donde los sueños perduran como aldea gala en tiempos romanos. Las ideas se pergeñan en bocas de iluso y la luna es la amante de las ideas que quieren volver a la realidad global de los tiempos honestos. De los valores leales del hombre. Ideales que cubrieron la faz de justicia y hombres de buena voluntad. Volverán como oscuras golondrinas la Paz al pueblo que duda y sufre, y la Justicia se abrirá paso a partir de su destrucción. Esa era la única quimera a la que asir la voluntad de la esperanza. Cada noche un brindis gozoso de amistad y resistencia, en los altares austeros de los supervivientes y en la fuerza futura del héroe que mendiga trazos de trabajo y honestidad. Noches de sueños por hacer en un país en el que el nuevo día se hacía pesadilla y campo fértil de corruptelas. La resistencia en bocas de insurgentes era su única alternativa. Ya que a ellos no les constataba su existencia. Esperando que este pequeño cuento aterrador no sea realidad condicionada de futuro. Les dejo con el regusto agridulce por un brindis al sueño futuro que vendrá. Mientras todos ellos cambian la ley a beneficio propio. Espero que la semana que viene todo esto haya sido una irónica pesadilla. Hasta entonces, y como siempre, disfruten de mi ausencia. Kerouac97@hotmail.com Aullidosvitales.blogspot.com Posdata: hoy, día 27 de enero, se cumplen dos años de tu ausencia en la presencia física de mis días. Presentida presencia que me acompaña cada día hasta el final de los míos. Te recuerdo y te añoro. Esa resistencia y lucha tuya es lo que me impulsa a cada aliento y a cada paso.

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