Publicado en el el periódico digital La Opinión de Trujillo el 02 de Abril de 2013
El campo pide tregua. Las aguas son causa de gozo y preocupación. Necesita orear las razones de las causas. El verde tono de esperanza es chanza de fango y suciedad. Estos lodos triunfo de tramposos. Los pasos se retiran. Las lágrimas desilusionadas campan en campo español. El Cristo se queda postrado y la virgen aguarda que escampe la trama que asila suelo patrio mientras los cielos rebosan nubarrones. Como la canción jinetes en la tormenta son los tiempos de vida y lluvia. Mientras, el sonido de la copla se repite un año más: "Trujillo es el pueblo más bello de España y aquel que lo dude que pase por él..." Domingo de Chiviri y reencuentro con nombres y adverbios, con adjetivos y sustantivos, con pronombres y verbos de otros tiempos. Alegría y desborde. Vivencia de un Domingo de resurrección insurrecto y original. Abril adelantado de aguas mil, como ambigú de una primavera lluviosa y tormentosa. El Chíviri de mito y tradición ha sido un evento inolvidable. Pocos recordaban un domingo así de húmedo, calados en demasía pero con el humor y la ilusión desbordante. La gente rebosante olvidando problemas cotidianos. Fiesta de interés turístico es un buen argumento para luchar contra la insatisfacción y el hermanamiento de las raíces. Como alguien que ha cometido una fechoría todos volvemos al acto del crimen. Y si en este caso, es Trujillo con mayores razones por descontado. Desde el siglo XIX la plaza mayor se convierte en hechicera y anfitriona, se convierte en punto de encuentro y cruce de caminos del destino de los lugareños y los visitadores, ataviada con el traje típico regional, entre cánticos, bailes, comida y bebida es un alboroto de alegría popular. Aunque este año, por las circunstancias climáticas ha habido menos color pero si mucha intención de pasarlo bien. Ya el lunes los valientes (Lunes de Pascua) se lamerán las heridas de la batalla con la buena costumbre de ir a comer al campo. Que recuerdos de niñez y adolescencia. Ese descanso del guerrero después del esparcimiento y la alborozada compañía. Varias cosas que resaltar con la caída de los años de la tranquilidad del almanaque. Una de ellas, el que cada vez se esta haciendo mas arraigado que la fiesta comience en la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección. Antes éramos solo unos locos con ganas de chanza los que recorríamos las noches trujillanas cantando y bailando, hasta que se ha ido oficializando de una manera permeable en la tradición de la Semana Santa. Ahora ya, desde las doce de la noche, una orquesta toca en la Plaza Mayor de Trujillo. Las canciones populares que en su día, el poeta Trujillano Goro inmortalizó. Al igual, segunda razón que resaltar, que la Fiesta se ha ido esparciendo, ampliando su horario hasta la noche del domingo con la excusa del lunes festivo en tierra de conquista. Antes, años atrás, el Festival Folclórico Internacional era el broche que culminaba la actuación de toda la ciudad. No hay verdad más cierta en estas fechas : "Que Trujillo por las Pascuas yo no sé lo que parece, ay, chiviri, chiviri, chiviri, ay, chiviri, chiviri, chon. Que vienen los forasteros y se cuelan como peces, ay, chiviri, chiviri, chiviri, ay, chiviri, chiviri, chon" Esperando que el recuerdo de estas chanzas y algarabías llenen el morral del ciudadano, me apresto a despedirme de vos, hasta la semana que viene. Disfruten como siempre de mi ausencia. Y con la conciencia limpia como este año la plaza quedó, esperemos que los conspiradores vacíen sus talegas y nos devuelvan lo robado. Kerouac97@hotmail.com
El campo pide tregua. Las aguas son causa de gozo y preocupación. Necesita orear las razones de las causas. El verde tono de esperanza es chanza de fango y suciedad. Estos lodos triunfo de tramposos. Los pasos se retiran. Las lágrimas desilusionadas campan en campo español. El Cristo se queda postrado y la virgen aguarda que escampe la trama que asila suelo patrio mientras los cielos rebosan nubarrones. Como la canción jinetes en la tormenta son los tiempos de vida y lluvia. Mientras, el sonido de la copla se repite un año más: "Trujillo es el pueblo más bello de España y aquel que lo dude que pase por él..." Domingo de Chiviri y reencuentro con nombres y adverbios, con adjetivos y sustantivos, con pronombres y verbos de otros tiempos. Alegría y desborde. Vivencia de un Domingo de resurrección insurrecto y original. Abril adelantado de aguas mil, como ambigú de una primavera lluviosa y tormentosa. El Chíviri de mito y tradición ha sido un evento inolvidable. Pocos recordaban un domingo así de húmedo, calados en demasía pero con el humor y la ilusión desbordante. La gente rebosante olvidando problemas cotidianos. Fiesta de interés turístico es un buen argumento para luchar contra la insatisfacción y el hermanamiento de las raíces. Como alguien que ha cometido una fechoría todos volvemos al acto del crimen. Y si en este caso, es Trujillo con mayores razones por descontado. Desde el siglo XIX la plaza mayor se convierte en hechicera y anfitriona, se convierte en punto de encuentro y cruce de caminos del destino de los lugareños y los visitadores, ataviada con el traje típico regional, entre cánticos, bailes, comida y bebida es un alboroto de alegría popular. Aunque este año, por las circunstancias climáticas ha habido menos color pero si mucha intención de pasarlo bien. Ya el lunes los valientes (Lunes de Pascua) se lamerán las heridas de la batalla con la buena costumbre de ir a comer al campo. Que recuerdos de niñez y adolescencia. Ese descanso del guerrero después del esparcimiento y la alborozada compañía. Varias cosas que resaltar con la caída de los años de la tranquilidad del almanaque. Una de ellas, el que cada vez se esta haciendo mas arraigado que la fiesta comience en la madrugada del Sábado Santo al Domingo de Resurrección. Antes éramos solo unos locos con ganas de chanza los que recorríamos las noches trujillanas cantando y bailando, hasta que se ha ido oficializando de una manera permeable en la tradición de la Semana Santa. Ahora ya, desde las doce de la noche, una orquesta toca en la Plaza Mayor de Trujillo. Las canciones populares que en su día, el poeta Trujillano Goro inmortalizó. Al igual, segunda razón que resaltar, que la Fiesta se ha ido esparciendo, ampliando su horario hasta la noche del domingo con la excusa del lunes festivo en tierra de conquista. Antes, años atrás, el Festival Folclórico Internacional era el broche que culminaba la actuación de toda la ciudad. No hay verdad más cierta en estas fechas : "Que Trujillo por las Pascuas yo no sé lo que parece, ay, chiviri, chiviri, chiviri, ay, chiviri, chiviri, chon. Que vienen los forasteros y se cuelan como peces, ay, chiviri, chiviri, chiviri, ay, chiviri, chiviri, chon" Esperando que el recuerdo de estas chanzas y algarabías llenen el morral del ciudadano, me apresto a despedirme de vos, hasta la semana que viene. Disfruten como siempre de mi ausencia. Y con la conciencia limpia como este año la plaza quedó, esperemos que los conspiradores vacíen sus talegas y nos devuelvan lo robado. Kerouac97@hotmail.com
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