Se acerca la Navidad, tengo la sensación de abandono. La musa ha volado al confín desconocido o quizás, esté buscando ideas y composiciones para el nuevo año.
El pedregal que ahora recorró consecuencia de folios en blanco y la catarsis de los ciclos. Procurando evitar el rechinar de la realidad en la presencia del día a día. Vuelvo a repasar fotos para colmar el silencio insatisfecho de la creación. Espero el regreso de la musa.
Les dejo rincones matritenses con textura de color intensificada. Como la sangre derramada en el carril del autobús, sacrificio diario de tiempos grisáceos. Aprovechando la verdad del momento en las más de cien mentiras que nos quieren hacer creer. O la solitaria presencia en el parque de Tierno Galván, distraída entre los verdes de la esperanza.
Todas las fotos realizadas con móvil.
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