La noche me recordó a Donosti. Madrid vestido de lluvia calmosa y la tranquilidad de los pasos desiertos regresando al hogar. Parada y tertulia anterior con los viejos amigos del Norte, Yolanda y Miguel. Repasando nuestras noticias y las sensaciones de futuro. Pescando en los tragos que dimos y en las olas que vendrán.
Risas compartidas y recuerdos resucitados con la buena fe de los que fueron sus protagonistas. Y la noche me recordó a Donosti con mis pasos solitarios escuchando las canciones de Mikel Eretxun a través de los auriculares. El olor a tierra mojada al costado del Retiro y el pensamiento enfundado en un gabán. Mi sereno paso al consuelo del presto verano.
Y la noche me recordó a Donosti, el maullido de un gato y mi mente en el mar de tu nombre Mar. Regreso a casa después de un duro día. Como aquellos marineros que regresaban al puerto de Donosti después de compensar el esfuerzo con los placeres del mar.
Y la noche me recordó a Donosti.
Te leo y me siento deambulando por el puerto de esas tierras del norte.
ResponderEliminar¡Hermoso poema!... pero es que esa "Mar" no se merece menos.