Buscando rock and roll, era lo que necesitaba la semana pasada. En estas tope con un comentario fortuito del protagonista de nuestra crónica. Tocaba en Madrid el pasado viernes en el ya clásico Pop and roll. Garito a la antigua usanza, como cuando los gatos maullábamos y éramos reyes de la noche.
En estas me cargue de ilusión y fui dejando sutilezas por el camino para convencer a mi chica de tan buen concierto. No hizo falta, cayó al instante. Se trataba de Fernando Lavado y sus Gatos Locos, además de algunos invitados geniales. Como ya descubriréis.
Una vez en el concierto pude comprobar que aún hay gente que resiste. Que el rock and roll además de marcar la personalidad es una actitud ante la vida. Aunque a pesar de nuestro orgullo sea para una inmensa minoría, como al principio, cuando los jóvenes eran perseguidos por los movimientos pélvicos. Allá por los cincuenta en los USA o en la España de la censura y la autarquía.
Fernando estaba concentrado y se le veía con ganas. Empezó con el single de su nuevo disco. "Historia de los rockers", una lista extensa de los grandes mitos del género y maestros inspiradores. Fue gratamente coreada por todos. Toda una lección de historia.
Seguía calentando con una canción de sus últimos discos, de Canciones en el bolsillo, el tema era lo que todos deseábamos Quiero rock and roll. Todos gritando los días de la semana como mantra al que revelar el secreto de la vida con el rock and roll.
A pesar del tiempo lluvioso en Madrid las Nubes grises de la primera época de Fernando hicieron que los recuerdos penetrasen de corrido sobre el rancho de nuestros días. Sirvió el single también, para homenajear al gran Paco Trinidad. Productor excelso en los años de la época dorada del pop español, años 80 y principios 90. Y del disco que contenía esta canción: Una vez más
Como una vez más tocaron otro tema de un disco que me marcó en mi época universitaria y que vino a ser reflejo y nostalgia de aquella época. Se trataba de Lejos de mi, pudiendo apreciar como la voz de Fernando había ganado con el tiempo. Había materializado una madurez que desarrolló en las marchas de su Cadillac.
Para que fuera una noche entrañable y siguiese rasgando la emoción, comenzaron a participar los invitados de honor. El primero de ellos el gran Jose de Bulldog, maestro y corredor de fondo desde las notas de su guitarra. Efectista y depurado en su técnica. Y todos recordamos los utilitarios de la marca seat de nuestros padres y las aventuras de la época con el rock del seiscientos.
Iba calentándose el ambiente y celebrábamos un aniversario. El 25 aniversario de la publicación de un disco que marcó a los Gatos Locos en el colectivo musical. Cruce de caminos, y para ello nos conmino O te quedas o te vas. Quiso Fernando que el público participase más. Animando a los asistentes a seguir la canción. Aunque su nivel de exigencia y profesionalidad le obligaba a seguir de una manera mejor ya que los asistentes a pesar de nuestros intentos y ganas no rematábamos bien los coros para que quedase una versión digna. Pero eso no hacía amedrentarnos en nuestras ganas de disfrute y admiración.
Una vez más regresábamos al disco de mi memoria y allí nos obsequió con Cuéntame algo más de ti. Ese medio tiempo con toques country que inspiró algún que otra noche furtiva. Perdiéndonos en Laredo ciudad. Ganando gravedad al paso del tiempo. Genial interpretación a una canción que para mi gusto en el disco Prende una vela por mí no ha envejecido de una manera satisfactoria. Por eso esta revisión me pareció justa y necesaria. Y la compañía de la armónica en las manos de José Barquero, nuevo invitado de la noche, fue merecedora de numerosos aplausos.
Para seguir prendiendo la noche y su vela otra revisión Alas de plata que hizo buena en manos de su guitarrista Vicente Tormo. A través de este viaje fronterizo llegamos a la estación de Tennessee y allí estaban Amancio, Isidro y Roberto para deleitarnos con su acompañamiento vocal. Un viaje sensitivo para degustadores de la fuente de la eterna juventud. Con versiones del Stand By me por ejemplo, me llegaron a emocionar los cuatro jinetes musicales. Me hicieron de nuevo viajar con Ben E King a mi primer baile de recién casado con esta deliciosa melodía. Desde la negación de desfallecer de los chicos del du dua volvimos a ser unos teddy Boys o unos rockers de helado de fresa. Y es que el corazón también se resiente. No quiero volver fue una maravillosa compenetración de armonías vocales que demostraba que estábamos ante unos verdaderos artistas. A pesar de las estrecheces del escenario y alguna que otra desventura. Pero no desfallecieron ninguno y juntos nos deleitaron con clásicos de dioses del Olimpo rockero como el Duke of Earl de Gene Chadler, dedicada a su banda de los Dukes, fieles compañeros y seguidores. Imagino que un ejemplo de amistad.
También Del Shannon y su Runaway o el gran Sam Cooke con su celebérrima, una vez más, Mundo maravilloso o Elvis o Carl Perkins con su Blue suede shoes contagiaron de baile y algarabía al contoneo de la pelvis y sus magníficas voces.
Para terminar un maravilloso concierto bien estructurado con unas canciones que nos llevaron al extasis como un buen trago de whisky con la mejor de las compañías. Haciéndonos creer en el rock and roll y en tipos como Fernando Lavado en este cruce de caminos. Un cantante que ya tiene un bagaje y canciones en su bolsillo como para hacer varios conciertos sin repetir canciones consiguiendo no defraudar. Todo un genio de nuestra piel peninsular.
California surf , Tu bailaras, En la bodega fueron la traca final de un concierto que mereció la pena. El público rendido pero con ganas de más. La vecina suplicando y exigiendo que a las doce debía terminar. Y para quedar todos contentos e irnos a casa celebrando un 25 aniversario
Cruce de caminos fue la elegida
Como bandera que ondea por las causas que nos hacen renegar de la sociedad establecida perdiendo los valores que nos hacen creer. Y esa fe seguirá siendo el rock and roll por tipos como los del día 22.
Saludos y rock and roll, una vez más hasta el próximo cruce de caminos.
JaviJerryLee2016
Leyendo tu crónica, señor Jerry Lee, se puede sentir la inspiración creada por las canciones de ese concierto.
ResponderEliminarEnhorabuena por saber transmitirnos esa ilusión que el rock (y toda la demás buena música) es capaz de producir... y, cómo no, por haber disfrutado de un concierto excelente.