Las verdades no se recogen de un pozo, ni del horizonte que en bucle constante nos sorprende con dudas existenciales.
No hay lamento al creer en la verdad del que viene, porque en la virtud del principio del inocente no existe la negación de la verdad en la primera mirada virginal.
Aunque sea un derroche de mierda y las conciencias se excusen en la absurda expresión de la supervivencia, pero, será de humildes y de verdaderos héroes no joder al prójimo. Ahí, es donde radica la verdad intacta de la vida. En un pliegue silencioso oculta la verdad de tus principios, a pesar de la soflama de las voluntades del humano actual.
No creo en el hombre como sujeto activo de una verdad vestida de humanidad. No creo en el espeso sortilegio de “ama a tu prójimo como Dios nos ama”. Porque, aquí, la única razón oportuna es que te den por detrás o bien, no remojes las barbas como tu vecino. Huye, ponte a salvo.
Dentro de esta maldita coartada tramposa llamada sociedad están los que usan la constante de la pobreza, de la mala educación, arrasando para ir refrenando la posibilidad de la insumisión.
La pasividad del que es educado es la salvedad del queostenta poder, vilipendiando la dignidad y hallando los reproches necesarios para no ser queridos.
Y este reproche contante de carnaza en el que se fomenta el disloque del indulto y de la tenacidad radical del ostentoso, de orgullo carente de respeto, osando a disponer de una vara de violencia reprimida que asalta al inocente y a su silencio temeroso, por el que con su equivocado poder, hace perder la dignidad del oprimido con su verbo.
Pero lo que me da más lástima es que los que usan esta técnica, sobre todo mandos altos del mundillo laboral, no saben que su indignidad podrá volverse contra ellos como efecto 'boomerang'. ¡Allá sus conciencias! Luego queremos reciclar y salvar el medio ambiente. ¿Cómo es posible, si ni siquiera sabemosrespetarnos entre nosotros? Y sobre el débil, una tormenta psicológica de opresión y miedo caerá.
Esta petulancia de la maldad consentida es un barrizal que traga cimentaciones de valores de calado, tan fatigosas de conseguir. Una ponzoñosa carga con la que soportar el país y el derroche de las castas. Incomprensible, si cabe, el hacer de un dispendio de deudas entre empresas, el juego maldito del deudor.
Y la empresa acreedora jamás repercutirá en sus haberes la deuda que se ha ido acrecentando por la buena fe de los gestores. Alcanzando la malicia de la constante deuda niveles insoportables.
Valiéndose de la necesidad perentoria, devuelven con sus malas artes y con la expresión de taimados mafiosos consentidos, de mal nacidos, la labor construida en una risa o carcajada irónica de exigencias dispares.
Ante la desesperación de la pequeña empresa que necesita cobrar el trabajo requerido, la gran empresa sabedora de su débito hace de quitas y exigencias poco éticas, la artimaña de su poder.
Descrédito de futuro en la economía liberal de un sistema que no castiga al infractor y encima lo arropa en un constante baile de normas, y burocracia, si se tratara de un concurso de acreedores.
Así pues, con este panorama no me extraña que quieran descentrar a la audiencia con juegos de grandes hermanos y si Podemos puede equipararse a esa mafia que silencian y amparan.
Silogismo evidente ante tal situación, abróchense los cinturones y buen hombre sea el último mal nacido que no se haya plegado al sistema impuesto, con estas cargas y descargas de negatividad constantes.
Necesito un respiro espiritual que me señale pautas para abandonar el rebaño. Espero en ese descanso en mi añorada tierra pueda encontrarme con ustedes. Si no, disfruten de mi ausencia hasta que compartamos de nuevo las cuitas de un folio en blanco.
Apreciado Jerry Lee, duro texto, pero no por ello menos necesario.
ResponderEliminarAunque se trata, como no nos ocultas, de una antigua publicación rescatada, confío en que ese respiro espiritual que ya solicitabas entonces se haya vuelto a repetir en estas semanas.
¡Un abrazo y a por el 2017!